martes, 1 de junio de 2010

La nube de Rubén...




Te fuiste con el otoño, sin perfumes
de jazmines, glicinas y emparrados.
El albo bandoneón, está callado
llorando, sin consuelo, en este lunes.

Te fuiste con tu tango, con tu numen,
simbiosis de asfalto y empedrado,
visceral, sufriente y desgarrado,
emprendiste el viaje hacia tu nube.

Pero estás, en el inventario del porteño,
del tronco tanguero, sos astilla,
despertarás de lo que fue un mal sueño,

y otra vez en el centro y en la orilla
tu voz y tu jaula se harán dueños
del doliente pregón de algún canilla.

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